martes, 23 de junio de 2009

Reencuentro de los chicos del barrio... Con cangrejos!

De adolescentes, eran parte del grupo juvenil catolico de su barrio:
Victor
Karla
Xavier
Danny
Gisella
Patricia... Amigos del alma, casi hermanos.

Diez años después, el reencuentro entre los adultos (o que intentan serlo):
El padre soltero y con dos hijos
Los esposos Xavier y Karla (ellos no se miraban con ojos de hermanos, jajaja)
El músico
La periodista y
La especialista en Informática, esposa y madre

Pero ya no en Iglesia. ¿Qué hacemos? Comer cangrejos, claro!

La cita se fijó para las 17:00 de un sábado en la casa de Gisella. Por telefono, durante toda la semana previa, definieron responsabilidades: Patty, la ensaldada de cebolla y tomate; Karla, los aliños, el arroz y los maduros; y Gisella, que no sabe nada de cocina, ofreció ir a comprar los cangrejos.

Ese día, a las 17:00, nadie aparecía. Así que Gisella llamó indignada a Victor y lo obligo a acompañarla a comprar los crustáceos. Regateando, regateando, pagaron $ 35 por una plancha y media.

Una hora mas tarde, llamó Danny al celular. ¿Donde están? Él estaba cerca de la casa de Gisella, acompañado por su novia de turno (no sabemos cómo se llamaba, ni la presentó), pero se había perdido. Entonces lo pasaron recogiendo, pero se tuvo que acomodar en el asiento trasero del carro de la dueña de casa, en medio de las ollas y las tablas de madera que le prestó su mamá. A esa hora, Patricia no asomaba. Y tampoco la ensalada.

La tarea de matar a los cangrejos fue asignada a Victor, Danny y su novia. En la terraza de la sede del encuentro, los tres se instalaron con dos cuchillos y un cepillo pequeño para limpiarlos.

Danny tomaba la tenaza derecha. Víctor tomaba la izquierda. Y la novia de Danny metía el cuchillo en el centro de la cabeza del animal. Se tardaron una hora!

Mientras tanto, Karla preparaba los aliños en la olla prestada. Patricia ya había dado señales de vida y llegó con esposo e hijo a la casa... Pero no llevó la ensalada ni el arroz. Solo los ingredientes.

Los chicos ya no tan chicos evocaron anécdotas jocosas. Recordaron, por ejemplo, los festivales de comida que organizaban para comprar las guitarras de la Iglesia (al final de estas, se iban a comer chaulafán con el producto de las ventas, pero siempre reponian el dinero) o los cánticos en la misa que culminaban en gallos de Karla y Gisella. Y hasta el avistamiento de un ovni sobre la cúpula de la capilla por parte de Xavier y Gisella. Nunca nadie les creyó.

Charlaban y comían. Más comían. A ratos se quedaban callados degustando los cangrejos preparados por Karla, que deleitó a todos con su sazón. Al final, se recogieron tres fundas de basura con los restos de los caparazones. Y, claro, al día siguiente nadie ayudó la limpiar!!!

Tras la comida, la guitarreada, a cargo de Danny, Xavier y Víctor. Aunque todos preferíamos a Danny que sí sabe tocar el instrumento (la guitarra). Los otros dos son unos aprendices (jajaja). "Amiga, amiga, me dule tanto llamarte asiiiiii..." o "Tú y yo estamos locos de amooorrrrrr..." Y hasta "Dónde está la juventud, si la tenemos, dónde está nuestro vallorrrrrrr”... Solo faltó el cangrejo criminal...

1 comentario:

  1. La mejor manera de matar a los cangrejos es mientras estan atados todavía. Pilas! jajajja que van a decir de mi los companeritos vegetarianos.

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